Arteterapia- qué es?
La arteterapia es una disciplina del campo de la Psicoterapia en la que se emplean recursos de las artes plásticas con objetivos terapéuticos. Así, la arteterapia resulta de la convergencia de las teorías de la Psicología y las técnicas y conocimientos artísticos, pero toma conceptos de otras disciplinas que también la preceden, como la Antropología, la Filosofía e Historia del Arte y actualmente es receptora de los aportes de las Neurociencias.
El objetivo que guía a la arteterapia es utilizar herramientas que faciliten la expresión y comunicación de aspectos internos del individuo, cuya verbalización resulta dificultosa por diversas causas. Para ello, quien implementa la arteterapia recurre a medios no verbales como dibujos, pinturas, collages, etc.
Aplicando arteterapia, nos interesa permitir que emociones y sensaciones que intervienen en un proceso terapéutico tomen colores, líneas, formas y movimientos para profundizar en los contenidos que afloran. Así, hacemos que el material inconsciente se manifieste en forma visual para trabajar sobre el mundo de las imágenes internas del psiquismo de las personas.
Con las intervenciones de la arteterapia propiciamos la simbolización de sentidos posibles de trabajar con los pacientes a partir de su producción, teniendo en cuenta que el arte es un lenguaje simbólico entre otros disponibles para el ser humano. Entendemos por lenguaje simbólico toda la gama expresiva humana, tal que remita a una significación. Son lenguajes simbólicos tanto el lenguaje verbal en su forma oral o escrita, el lenguaje corporal, gestual, musical, plástico y el de señas.
En los dispositivos de la arteterapia se utilizan materiales y técnicas provenientes de las artes plásticas, recursos sonoros y musicales, dramatizaciones, escenificaciones, movimiento corporal y/o escritura creativa. No es necesario contar con conocimientos artísticos previos para participar de la arteterapia como proceso terapéutico.
Las técnicas que implementamos en el trabajo con arteterapia son muy diversas. Se eligen en función de la situación particular de cada paciente. La mayoría se crea durante el transcurso del proceso terapéutico para responder a las necesidades puntuales.
La producción artística ocupa un lugar de herramienta intermediaria en el proceso de la arteterapia, para proceder luego a su elaboración. Así, la propuesta de dibujar (o realizar otras producciones artísticas) tiene por objetivo develar aquello que no es dicho en palabras con facilidad, y esto no excluye a la palabra de este procedimiento (la palabra literal y la palabra metafórica operan en dimensiones dispares). De modo tal que vía la arteterapia se opera sobre la ampliación del espectro expresivo y sobre el autodescubrimiento de contenidos habitualmente ocultos, facilitando el acceso a ellos. Se facilita ese acceso porque las imágenes que son atraídas mediante el uso de las técnicas de la arteterapia son acervo del inconsciente. Con la ayuda de consignas que propone el especialista en arteterapia, contenidos profundos emergen con facilidad.
Una vez aclarado que en el terreno de la arteterapia apelamos a diversas metodologías artísticas, vamos a observar ahora una de las grandes diferencias entre el lenguaje verbal y las artes plásticas. Sin duda, las palabras tienen una significación predeterminada y las imágenes plásticas no. Sin embargo, ¿a quién no le ha ocurrido la experiencia de no encontrar las palabras adecuadas para expresar un sentimiento, una emoción o un pensamiento? Incluso careciendo de significación previa, las imágenes tienen un sentido para quien las dibuja, lo sepa o no en el momento de producirlas. Esta es una condición ineludible con la que nos encontramos al ejercer la arteterapia.
Otra diferencia entre lenguaje verbal y arte plástico es que la imagen está más potenciada por el componente emotivo que la palabra, componente indispensable en un proceso terapéutico. La arteterapia propicia el contacto con las propias emociones, aspecto muchas veces reprimido por el abuso de la palabra en las terapias tradicionales.
La Arteterapia, al activar al paciente para producir, favorece mayor implicación del paciente en el tratamiento, fortaleciendo la seguridad en sí mismo, disminuyendo la dependencia del terapeuta, motivándolo a comprometerse en una participación activa para la comprensión de sus contenidos reprimidos. Los modelos clásicos de terapia han utilizado la palabra como el canal privilegiado de comunicación entre el paciente y el terapeuta. Los profesionales que ejercen la arteterapia integran las imágenes y recursos para que la expresión se manifiesta genuinamente.
Dado que la idea básica en la que se sostiene la arteterapia es la capacidad innata que tiene todo individuo para reflejar sus conflictos internos de un modo proyectado en el exterior, las expresiones creativas espontáneas son excelentes recursos porque reflejan emociones y sensaciones del mundo interior de la persona en su forma más original: diferencia básica con la expresión netamente verbal.
Los especialistas en arteterapia son conocedores de esta noción, no como un postulado meramente teórico, sino porque ellos mismos han atravesado un camino de experimentación personal mediado por las artes, al especializarse en arteterapia.
